L’amour, L’amour: Wedding Photography

Hoy estaba recordado las primeras fotos de boda que hice, ¡hace años!

«Jamás le digas a un cliente que es la primera vez que haces lo que solicitan» Todo el que sepa tantito eso de las negociaciones, sabe que esa es una de las reglas básicas, sin embargo yo he llegado a ser torpemente sincera y cuando éstos novios pidieron contratarme les confesé: No he hecho fotos de boda antes, pero ¡claro que puedo hacerlo!

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¡Ash! Ya sé, ni me digan nada… hace años de eso.

Sin embargo, les gustó mi trabajo y depositaron su confianza en mi para poder hacer el registro de ese momento tan especial. Todo vibró bien desde la primer reunión, ¡oh, si, lo recuerdo bien!

Total que llegó el gran día, y ya saben cómo comienza todo: «Getting ready»

Con las damas de honor ayudando con los detalles a la novia, dándole el visto bueno y cureosando con las arras…

Luego hicimos una mini sesión en Casa Pedro Loza, con las damas y damos de honor, y algunas muy elegantes sólo los dos.

En seguida fuimos a la ceremonia religiosa, fue una boda muy íntima en general. Todo se realizó en el centro de Guadalajara. Esta ceremonia se llevó a cabo en el Templo San Diego de Alcalá.
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Una vez casados ante los ojos de Dios, regresamos a casa Pedro Loza a la ceremonia civil, con un agradable viento, una tarde ideal para casarse en el roof top de este elegante edificio.

Llegamos a la parte del primer baile… a la izquierda con el novio, la derecha; con el papá.

Y no podía faltar el momento gracioso:

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Y así se vivió la party…

Acá les dejo otras fotos muy especiales:

Contacto e info:

https://www.casapedroloza.com.mx

http://ldmfoto.wixsite.com/lesliedelmoral

Leslie LOGO

 

 

 

LO PEOR de mi 2016

La fotografía, si le permites, te lleva a lugares y momentos inimaginables, siempre dejando una experiencia enriquecedora.

5. La Máquina de tiempo (volver a la prepa)

¿A alguien le suena SUM 41? Cuando creí que ya nada iba a pasar en las semanas restantes, me enteré que esta banda de punk que sonaban cuando yo iba en la prepa, iba a presentarse en mi ciudad. Fue horrible tener que estar a CENTÍMETROS de ellos, tomando fotos «click, click, click» por que se movían mucho estos muchachos y pues estaba ahí bien puerca buscando los ángulos, de un lado a otro…

Lo peor de todo, es que tocaron todas mis canciones favoritas, y el guitarrista hizo sus solos virtuosos literalmente EN MI CARA… pff… fatal! Y claro… tuve que quedarme al final a escuchar tooodo su set list.

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4. Hipotermia en  Camécuaro

De un concierto pasamos a la naturaleza.

Quienes conozcan el lugar, sabrán que ese lago tiene aguas tremendamente frías. Tener que meter mis patitas entre ramas inestables, peces y toda clase de sedimentos fue asqueroso.

Soportar los «besitos» de los peces en mis piernas, mientras me sentía tan tiesa como maniquí de tanto frío, mientras trataba de equilibrarme de puntitas sobre las rocas debajo del agua y todo para esto:

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3. Terror en la montaña

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Nunca he hecho ejercicio, neta… pero escalé

Esas rocas están aproximadamente a 4,000 metros sobre el nivel del mar, y aún faltaban como 600 metros más (que se sienten como el doble) para llegar a la cima… no hubo más que escalarlas… 3 horas para subir, 2 horas para bajar y sólo 15 minutos tragando cacahuates en el punto más alto del Occidente mexicano.

2. Trabajar 12 horas seguidas, sin descanso, bajo el sol, caminando kilómetros

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Pues así es eso de fotografiar festivales musicales, caminas de un escenario a otro un montón de veces, ves a un montón de bandas por unos minutos, comes mal, te asoleas, red bull, pfff… ¿quién querría pasar eso? ¿Todo para qué, para fotografías a bandas internacionales, para descubrir buenas bandas nacionales,  para que colabores con Rolling Stone?

1. Tláloc… el traidor número uno

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Esa foto la tomé como a la 1:00am, ¿Por qué? Por que desde las 6:00pm hasta las 12:00am estuvo lloviendo. Tláloc no sabía que era el viaje de vacaciones añorado, noooo… Y no conforme con la lluvia…. tenían que salir las luciérnagas, claaaaro, a colarse en el paisaje nocturno como siempre, y luego los rayos iluminando la laguna, el colmo fue el arrullar de las gotas sobre la casa de campaña…

¿Qué hago aquí?

«El jueves por la noche logré regresar sana y salva a mi vida normal, más de dos semanas estuve ausente sin saber qué estaba sucediendo. Acompáñenme a leer esta triste historia.»

Eso lo escribí hace como un mes, desde entonces no había estado en el mood de escribir, ni de nada. Creo que estuve en un viaje interno,  donde tuve un gran aprendizaje. Pero ha sido un viaje complejo, enredado y traidor.

El primer destino fue una islita mágica: Mezcala. Ubicada en en Lago de Chapala.

Una isla repleta de lagartijas gordas, mosquitos y fantasmas tímidos que no se dejaron ver, con gente hermosa, de gran corazón y sazón, por que nos echamos el mejor caldo de pescado que he probado en mi vida, con perdón de mi abuelita.

El segundo destino es uno de mis favoritos, al cual he ido muchas veces: El Templo Expiatorio. Se realizaron un par de sesiones ahí mero, pero aproveché para contemplar la arquitectura mientras andaba de scouting.

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Vitrales de el Templo Expiatorio, Guadalajara.

Antes de que se me pase, quiero agradecer a cierta empresa que me sacó a orear, y me dio (sin querer) un entrenamiento intensivo en donde pude viajar, comer muchos taquitos, tomar muchísimas fotos, salir de mi zona de confort y conocer a gente bien chida y otra bien crazy…

El tercer destino me encantó, pero no se disfrutan estos lugares cuando esa persona especial te hace falta… Anyway, Escolásticas es uno de mis nuevos lugares favoritos (que ya son como 1000, jaja) hay ranas, peces pequeños y luciérnagas. Nos agarró la noche ahí y sentí que nos iba a salir la Bruja de Blair, pero naaa.

El cuarto destino, fue otro lugar al que quería ir desde hace tiempo: Camécuaro.

No pude tomar muchas fotos de paisaje/naturaleza, pues la sesión era de otro tipo y era muy demandante, fue una buena experiencia donde me puse yo misma a prueba enfrentando algunos miedos, y además tomé algunas fotos bajo el agua más cristalina que puedan imaginar.

Total, que aunque mucho viaje y mucha foto, no pude disfrutarlo todo al 100%. Así que sigo buscando mi camino, y compartiendo lo que me encuentro mientras lo busco.

¡Por lo mientras da click en el ojo y descubre a donde te lleva!

Cómo empecé a tomar fotos de conciertos

Yo recuerdo que desde que estaba chavita me gustaba toda ésta onda de la música, conciertos y todo ese show, pero ps no me dejaban ir, así que me conformaba con verlos en la tele.

La primera vez que tomé fotos de un concierto, fue justamente al primero que fui, o más bien, al que me dejó ir/me llevó mi mamá: tenía 12 años, y se presentó Julieta Venegas en una universidad muy cerca de mi casa.

Claro que prohibieron el acceso a cámaras, pero mi mamá fue mi cómplice y con una pequeña kodak de 35mm hice las primeras fotos. El resultado fue más que chafísima, pero recuerdo que sólo deseaba tener una mejor cámara, estar al frente, congelando esos momentos:

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Por primera vez hago pública esta foto.

La cosa no paró ahí, después de ese concierto que cambió mi vida, ya nunca he soltado dos cosas: la cámara y la guitarra.

Primero me hice fan de Julieta Venegas, luego de Natalia Lafourcade. Las seguía lo más que podía. Las siguientes son fotos de presentaciones en «Mundo E» y «Plaza Satélite» hace muchos, muchísimos años. Incluso, aún no había cámaras digitales, y fueron fotos tomadas con la misma kodak de bolsillo y rollo de 35mm.

Yo era una mocosa de 13 años, claro que no sabía lo que quería hacer de mi vida (como si ahora lo supiera), así que nunca lo tomé en serio. Pero 7 años después, un día sólo decidí que quería hacer fotos de músicos, de conciertos, pues eso significaba estar simultáneamente en dos cosas que me apasionan.

De bar en bar, de banda en banda fui buscando oportunidades para hacer los primeros disparos. La iluminación solía ser muy baja, y eso no ayudaba, sobre todo por que apenas me estaba aventando a la foto.

Claro que todas las primeras fotos ya  con una réflex algunas de rollo, otras digitales, me salieron barridas, vibradas, sin composición,  pero por algo tenía que empezar.

Empecé en bares locales con bandas locales, sin cobrar, invirtiendo en rollos, taxis, etc.

Hasta que un día en uno de esos bares conocí a una iluminada enviada del universo, y  ahí empezó la onda de «los contactos», pues resulta que le tomé fotos a su banda (las peores fotos que puedan imaginarse), pero entablamos una plática muy interesante, hablamos de nuestros proyectos, los cuales se unían en cierto punto, y meses después me presentó con el editor de la revista en la que trabajaba.

Esas fotos de arriba son las que presenté al editor, ya se, «OSO MIL», pero era todo lo que tenía, y porrr supuesto que me dijo: «OK, nosotros te llamamos». Me fui entusiasmada y agradecida, pero realista de que no había manera de que me fueran a llamar.

RING-RING…  RING-RING

Pos, si me llamaron.

Y el primer evento chido que me aventé fue una pre fiesta del Warped Tour en México… estaba muy nerviosa, pues aún no dominaba la técnica al 100%, y menos sabía qué configuraciones iba a usar para ese tipo de iluminación.

Aún no estaban muy bien, pero sospresa, publicaron algunas en una revista a nivel nacional, eso me motivó muchísimo y cada vez me llamaron más, y tuve muchas más oportunidades para mejorar.

Y bueno, esa fue la historia de cómo me metí en ésta onda, inconscientemente desde los 12 años, ahora tengo 28 y sigo sin soltar la guitarra ni la cámara.

He podido fotografiar desde bandas emergentes, hasta Metallica, The Mars Volta, Los Tres, Café Tacvba, Jack White, Liars, Molotov, Regina Spektor, y muchísimas más.

O si ninguno de los que mencioné son «famosos» para ti, también han pasado por mi cámara Lucerito, Emmanuel, Mijares, Alexander Acha y otros más…

Gracias por haber leído toda la historia, y por permitirme compartir contigo el camino que he recorrido para llegar hasta el día de hoy.

Seas quien seas, recibe un fuerte abrazo lleno de luz.

Si quieres ver más fotos de conciertos y músicos visita: http://lesliedelmoral.blogspot.mx/

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El no tan principio: ceros y unos

Afortunadamente el vicio de la fotografía digital me llegó años después de usar análogo, sin embargo, es un vicio necesario que no pienso abandonar.

En definitiva, el primer contacto que pude tener con eso de capturar fotos digitalmente, por medio que no fuera la web cam, fue con los celulares (de mis amigos, claro). Era lo más por ahí del 2004.

Años después,  el primer contacto con una cámara réflex digital  fue a través de la escuela. Era una Canon EOS 20D, que con sus 8,2 megapíxeles, era la manzana de la discordia; pues sólo era una cámara por grupo y nos rolábamos el papel de fotógrafo por clase. Además, nos teníamos que tomar una foto donde saliéramos con el/la modelo para saber donde terminaban las fotos de uno y comenzaban las del otro, algo así:

Por otra parte, estaban las cámaras de bolsillo, siempre he sido fan de las canon, así que me divertía con ella todo el tiempo haciendo experimentos con todos sus settings. Como la siguiente foto, que por las prisas, sólo están sobre una mesa y el fondo es una ventana muy amplia, sólo sobre expuse la toma.

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  Después ya había la fabulosa cantidad de 2 cámaras en la escuela, la otra era una EOS Rebel XTi de 10.1 Megapixeles y la pude usar yo solita usando como pretexto un proyecto escolar de retrato de bandas. Así que pude usar el estudio, las luces y la réflex como si fueran mías…

Además, una amiga bien buenísima onda, me prestaba su cámara Nikon D40X de 10,2 megapíxeles, cuando comencé a tomar fotos de conciertos, que por cierto era RETE MALETÍSIMA (yo, no mi amiga), ¡y lo digo muy en serio! Pero luego hablaré más de eso en otra ocasión.

Pero no todo era la cámara, también comencé a aprender cosas de fotodiseño, que es algo es casi terapéutico para mi, ¡me encanta! y aunque nunca lo he desarrollado más allá de un hobbie, no lo he abandonado. Esos fueron mis primeros ejercicios de diseño:

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Por cierto, ese desnudo fue parte de una exposición.

Confesiones de una ególatra: Mentí por convivir

Suena bien exagerado el título cuando en realidad, es una tontería.

Pues resulta, que en algunos semestres en la Universidad  aprendí poco de esto del performance, happening, y demás recursos usados en el extrañamente llamado «Arte Contemporáneo».

Total… se me ocurrió la brillante idea de hacer un experimento vía Facebook.

Una burrada ególatra simple: cambiar el mes de mi cumpleaños y hacerlo público (xq siempre lo tengo oculto).

DISQUE JUSTIFICACIÓN:
El punto era demostrar que nos creemos TODO lo que vemos publicado en cualquier tipo de medio, y que siendo algo tan simple en este caso, damos por hecho las cosas y ni siquiera nos molestamos en corroborarlas.

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RESULTADOS:

-Fecha real (oculta) 2015:
menos de 10 felicitaciones

-Fecha falsa en octubre 2015:
Más de 40 participantes

-Fecha falsa en abril 2016:
Más de 30 participantes

Conclusión: octubre es el mejor mes para cumplir años.

LO MÁS CURIOSO

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Es que varias personas me felicitaron en mis 3 «cumpleaños» en tan sólo 9 MESES!  Como que ni se dieron cuenta que no habían pasado más de 365 días, perdiendo la noción del tiempo, un poco la memoria, y creyendo en lo que veían sin dudas.
Lo cual me llevó a preguntarme: ¿En qué usamos nuestra mente últimamente?, ¿Y, si estamos reduciendo nuestra capacidad de memoria?.

Acá el punto no es si me lo dicen de corazón o sólo por que sí, o si «ahí se ve la banda», lejos de eso, me pregunté muchas otras cosas que tienen que ver más con nuestra memoria, y hasta el estar absortos en los gadgets.

Y lo peor es que yo sé que a mi me pasaría si alguien más hiciera ésto…

HABLEN AHORA, O CALLEN PARA SIEMPRE

Otra cosa que pensé fue ese rollo de decir a las personas lo que sentimos y pensamos. La neta es que no me gusta hablar, soy muy callada e introvertida, pero eso si, muy sincera y emocional  (impulsiva, pueh) y casi no me quedo con las ganas de decir lo que pienso…
¿O si?

No hay finalidad, ni conclusión. Fue un afán protagónico y pretencioso. Lo único que si invitaría a que reflexionemos es ¿Por qué hacemos este tipo de cosas?

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El principio

Estaba pensando:

  • ¿Cómo fue que me introduje en la fotografía
  • ¿Cuándo tomé mi primer foto?
  • ¿En qué momento descubrí la magia de éste arte?

Entre los oníricos recuerdos, ¡oh!, dichosos viajes mentales al pasado, mi respuesta fue la misma a esas tres preguntas: ¡NO ME ACUERDO!

Y es que viví con mis abuelos y el papá de mi mamá fue fotógrafo, recuerdo que a veces me dejaba entrar a ver cómo revelaba, me tomaba fotos para las credenciales escolares… en realidad nos tomaba fotos a toda la familia, sólo que a mi me ganaba el protagonismo y me gustaba ser la nieta consentida:

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Creo que él era  mi abuelo

Era bien chido, me dejaba ver a través del visor, ponía filtros súper divertidos y cuando estaba de buenas, me dejaba apretar el botón.

Su cámara era una Nikon F3, una leyenda de cámara, que quedó en el olvido después de que él falleció, cuando yo tenía 8 años.

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Foto tomada de internet

A veces mis tíos o mi mamá quisieron usarla, y yo aprovechaba para tomar una que otra foto, como la siguiente, en Acapulco, yo tenía como 9  o 10 años, algo así.

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…Pero lo mío lo mío, era una camarita Kodak 35mm, ¡uff! era mi perdición, malgastaba los rollos a más no poder. Tomé cientos de fotos con ella, éramos casi inseparables,  hasta que… la perdí.

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¡Oh, si! La recuerdo bien…

Otra cámara que usé mucho, fue esa chafita… pero también acabó en el limbo. En verdad que tomaba y tomaba fotos de todo y todos, era tanta mi obsesión, que hasta me quedé con varios rollos sin revelar.

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Foto tomada de internet

Ya que tuve 16 años, entré a un taller de foto en la prepa (el primer año estuve en un taller de teatro, por cierto, era pésima, y por eso decidí probar con un taller diferente).

Entré por que quería saber cómo usar una cámara réflex, que en ese entonces ni sabía que era eso, y por que sieeeeempre me había gustado la fotografía. La Nikon F3 ya no servía, así que me arrastré con mi mamá para que me comprara una nueva. Que fue la Canon EOS Rebel X, la novedad: era electrónica, recorría el rollo de manera automática, y para esos años, ya tenían incorporado el flash, aunque no era el caso de éste modelo.

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Foto tomada de internet

La verdad, es que apestaba, nunca tuve la disciplina ni nada… sólo era divertido tomar fotos.  Pero en verdad mis fotos eran muy malas, sin tema, ni composición, vibradas, vacías… (yo sé que triunfarían en Zona MACO) pero ¡ahhhh, cómo me gustaba tomar las canijas fotos!

Después de hacer cochinadas desperdiciando rollos, descubrí que  me serviría para tomar fotos de los museos para entregar trabajos finales de las otras materias, así que traté de aprovechar…

 Y ya, luego escribiré  la segunda parte, ya que llegó la era digital…

P.D. Si llegaste aquí por lo del viaje astral, fue puro choro.