Estaba pensando:
- ¿Cómo fue que me introduje en la fotografía
- ¿Cuándo tomé mi primer foto?
- ¿En qué momento descubrí la magia de éste arte?
Entre los oníricos recuerdos, ¡oh!, dichosos viajes mentales al pasado, mi respuesta fue la misma a esas tres preguntas: ¡NO ME ACUERDO!
Y es que viví con mis abuelos y el papá de mi mamá fue fotógrafo, recuerdo que a veces me dejaba entrar a ver cómo revelaba, me tomaba fotos para las credenciales escolares… en realidad nos tomaba fotos a toda la familia, sólo que a mi me ganaba el protagonismo y me gustaba ser la nieta consentida:
Era bien chido, me dejaba ver a través del visor, ponía filtros súper divertidos y cuando estaba de buenas, me dejaba apretar el botón.
Su cámara era una Nikon F3, una leyenda de cámara, que quedó en el olvido después de que él falleció, cuando yo tenía 8 años.
A veces mis tíos o mi mamá quisieron usarla, y yo aprovechaba para tomar una que otra foto, como la siguiente, en Acapulco, yo tenía como 9 o 10 años, algo así.
…Pero lo mío lo mío, era una camarita Kodak 35mm, ¡uff! era mi perdición, malgastaba los rollos a más no poder. Tomé cientos de fotos con ella, éramos casi inseparables, hasta que… la perdí.
Otra cámara que usé mucho, fue esa chafita… pero también acabó en el limbo. En verdad que tomaba y tomaba fotos de todo y todos, era tanta mi obsesión, que hasta me quedé con varios rollos sin revelar.
Ya que tuve 16 años, entré a un taller de foto en la prepa (el primer año estuve en un taller de teatro, por cierto, era pésima, y por eso decidí probar con un taller diferente).
Entré por que quería saber cómo usar una cámara réflex, que en ese entonces ni sabía que era eso, y por que sieeeeempre me había gustado la fotografía. La Nikon F3 ya no servía, así que me arrastré con mi mamá para que me comprara una nueva. Que fue la Canon EOS Rebel X, la novedad: era electrónica, recorría el rollo de manera automática, y para esos años, ya tenían incorporado el flash, aunque no era el caso de éste modelo.
La verdad, es que apestaba, nunca tuve la disciplina ni nada… sólo era divertido tomar fotos. Pero en verdad mis fotos eran muy malas, sin tema, ni composición, vibradas, vacías… (yo sé que triunfarían en Zona MACO) pero ¡ahhhh, cómo me gustaba tomar las canijas fotos!
Después de hacer cochinadas desperdiciando rollos, descubrí que me serviría para tomar fotos de los museos para entregar trabajos finales de las otras materias, así que traté de aprovechar…
ADVERTENCIA: HAY IMÁGENES QUE PUEDEN HERIR LA SENSIBILIDAD ACÁ ABAJITO, NETA!
Y ya, luego escribiré la segunda parte, ya que llegó la era digital…
P.D. Si llegaste aquí por lo del viaje astral, fue puro choro.